El mar es un medio que siempre tiene algo que descubrirnos, como el Pseudoliparis swirei o pez baboso de las Marianas.

Es el mayor depredador de la zona hadal, la más profunda de los abismos oceánicos, donde se han llegado a encontrar ejemplares a más de 8.100 metros. Es básicamente una bolsa de gelatina, casi como una medusa, gracias a la osteocalcina, el gen que regula la mineralización de los tejidos y el desarrollo del esqueleto.

A consecuencia de vivir en la oscuridad, el pez ha perdido varios fotorreceptores que le impiden ver correctamente la luz y posee membranas celulares más fluidas que ayudan a las células del pez baboso a funcionar bajo presiones tan extremas.